domingo, 29 de mayo de 2011

Consumo y cultura del consumo 2

Guía para el consumo responsable

 
 PREGÚNTESE ANTES DE CONSUMIR :

• ¿Lo necesito?
• ¿Cuántos de éstos tengo ya?
• ¿Cuánto lo voy a usar?
• ¿Cuánto me va a durar?
• ¿Podría pedírselo prestado a un amigo o a un miembro de mi familia?
• ¿Puedo arreglármelas sin él?
• ¿Voy a poder limpiarlo o mantenerlo yo mismo?
• ¿Tengo ganas de hacerlo?
• ¿He investigado para conseguir la mayor calidad y el mejor precio?

 
•¿Cómo me voy a deshacer de él, una vez que haya terminado de usarlo?
• Las materias primas que se usaron, ¿son renovables o no?
• ¿Está hecho de materiales reciclables?
• ¿Es él mismo reciclable?
• ¿Hay algo que ya posea que pueda reemplazarlo?

Basado en The Media Foundation (www.adbusters.org).

Gudynas, Eduardo. Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sostenible: http://www.ecologiapolitica.net/gudynas/GudynasDS5.pdf

Consumo y cultura del consumo 1


Consumo y Cultura del Consumo


El énfasis mercantil ha generado amplias distorsiones en la vida cotidiana de millones de Latinoamericanos. Por un lado ha fomentado la ilusión del consumo como medio para el éxito personal y la satisfacción. Por el otro, se trastoca el entramado de vinculaciones familiares, vecinales y sociales que alientan relaciones de solidaridad. La felicidad pasa a centrarse en el tiempo libre, en poseer dinero para consumir, y en moverse sin ataduras en pequeños grupos de amigos.


La participación en movimientos sociales más amplios oscila entre la solidaridad y el individualismo. Se espera que la compra de ciertos bienes desencadene la felicidad y se cae en un consumo distorsionado. Jóvenes de los sectores más empobrecidos gastan sus pocos ahorros en calzados deportivos a precios escandalosos. Mientras los “fast food” de hamburguesas tienen, en los Estados Unidos, sus consumidores entre las grupos más pobres, frente al desprecio de la clase media y alta por la “comida chatarra”, en Buenos Aires, por el contrario son la clase media y alta las que consumen en MacDonald’s, en tanto su costo es comparativamente más alto.

 

El consumo excesivo posee la particularidad de un intensivo uso de la materia y energía, y por ello aumenta la extracción de recursos primarios, demandan más energía y producen más desperdicios. Esto explica que el consumismo sea también una fuerza que dibuja las relaciones comerciales entre los países y los ritmos con los que se extraen los recursos naturales.

Este problema no es ajeno a las naciones de América Latina, ya que los estratos socio-económicos medio-alto y alto, poseen patrones de consumo similares a los del primer mundo. Buena parte de la clase media local intenta emular el consumo de un europeo o norteamericano. Por lo tanto la demanda de recursos crece sin cesar, y sorpresivamente países como Brasil, Perú o Venezuela han dado las primeras señales de déficits ecológicos en la obtención de sus recursos.

Gudynas, Eduardo. Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sostenible: http://www.ecologiapolitica.net/gudynas/GudynasDS5.pdf

lunes, 23 de mayo de 2011

Los Nadies de Eduardo Galeano

“Los nadies” de Eduardo Galeano (1940)


Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan
los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto
la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la
buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en
lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los na-
dies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se le-
vanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la
Liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica
Roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.


Caricatura: Inequidad y desigualdad social

Caricatura: Inequidad y desigualdad social

 
Cerezo. Humor gráfico español del siglo XX. Salvat / RTV. Madrid, 1970
 Faro. www.e-faro.info (2004)
 
Autor y publicación desconocidos

Fuente: http://www.amnistiacatalunya.org/edu/humor/edu/3/pobreza/chistes-pobreza.html

Caricatura: Pobreza y hambre.



  
Viñeta: JR Mora

martes, 17 de mayo de 2011

El consumismo: la enfermedad “terminal” de nuestra cultura

Muchas personas posiblemente habrán apreciado la siguiente escena: un niño pequeño tirado en el piso en el pasillo de un supermercado y berraqueando como condenado porque sus padres no le compran lo que él desea. Los pobres padres miran hacia todos lados, no saben que hacer frente a las miradas desaprobatorias que las personas que circulan por el pasillo, incómodos porque se sienten recriminados por "torturar psicológicamente" al niño al no acceder a sus deseos.



Gran parte de la publicidad en la actualidad se orienta hacia los niños y especialmente hacia los más pequeños. Es impresionante la velocidad a la cual se introducen todo tipo de juguetes vinculados a las series de televisión infantil y todo ello asociado a las respectivas campañas publicitarias.

Si bien la permanente innovación y creación es necesaria en toda sociedad humana, ella no puede ser al costo de una tan profunda destrucción ambiental, cultural y moral como acontece actualmente.

Nuestra cultura en su desarrollo profundamente materialista va acelerando cada vez más los procesos mediante los cuales se introducen nuevos productos, ello al precio de generar permanente obsolescencia y desechabilidad.


La sociedad capitalista actual ancla su existencia en la producción industrial de bienes de consumo masivo: bienes que requieren ser permanentemente desvalorados y desechados, para así continuar creando nuevos bienes que los sustituyan. André Gorz (1989) afirma que es el consumidor el que está al servicio de la producción, para así asegurar a ésta las salidas que reclama; que es el consumidor quien tiene que irse adaptando a los requerimientos de las producciones que los cambios tecnológicos indican como las más rentables en determinadas circunstancias.
 

Afirma por otra parte, que ello es indispensable para que la sociedad pueda perpetuarse, y así reproducir sus desigualdades jerárquicas y mantener incólumes sus mecanismos de dominación. 

Fuente: http://uvirtual.lasalle.edu.co/file.php/526/Lecturas_Complementarias /1C._Desde_el_DS_hacia_las_Sociedades_Sustentables.pdf

sábado, 14 de mayo de 2011

Disminución del PIB

Más allá de una pérdida de ingresos



El resultado puede llegar a ser devastador, especialmente para los más vulnerables. Una disminución en el PIB de un país en desarrollo se puede traducir en un deterioro grave de la salud de los niños, ya que se hace más imposible acceder al agua potable, la comida nutritiva y los cuidados de salud pre y post natales. La malnutrición de los niños puede extenderse y los niños pueden comenzar a dejar de ir a la escuela. Ya hay informes de Zambia, Bangladesh y Kenya que indican que el hambre está haciendo que los niños dejen de ir a la escuela, especialmente cuando tienen que viajar grandes distancias. 



Los padres también están sacando a los niños de la escuela para que comiencen a trabajar. El PNUD está siendo testigo de este fenómeno en Pakistán, donde hasta la mitad de los niños del país trabajan actualmente, fenómeno que comenzó con la crisis alimentaria en 2008.



Además, los niños, niñas y mujeres jóvenes se enfrentan a un riesgo cada vez mayor de ser víctimas del tráfico humano y del trabajo del sexo como resultado de la escasez de alimentos y de empleo. Las niñas y las mujeres jóvenes de algunas comunidades de Kenya y Zambia, por ejemplo, cada vez más se dedican al trabajo del sexo por desesperación económica, mientras que las maestras de Nairobi han indicado que hay un aumento en los embarazos de las alumnas ya que las niñas cambian favores sexuales por comida.


 
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